domingo, 1 de abril de 2012

ATHLETA ( I )



Para empezar, un polvo fácil.

Conocerás al deportista como si le hubieses parido porque deben reproducirse por esporas, hay cientos  en cada barrio de cada ciudad. Aún así, ahí va una descripcíon del mio en particular: 

Aunque en la vida que lleva más allá del camino que conduce de su casa al gimnasio y del gimnasio a su casa le supongo otra uniformidad, en este trayecto se decanta siempre por un chandal azul con franjas blancas en los laterales bien tradicional ( la moda deportiva da muchas más alegrías a la vista en otras ocasiones al ojo del depredador ), lo bastante holgado como para no poder adivinar si la enorme bolsa de deportes que le cuelga del hombro, sinónimo de sus esfuerzos, lleva el tiempo suficiente colgando de su clavícula como para ser efectiva. 
Es moreno, con el pelo cortado a cepillo, algo más bajo que yo y guapo de esa manera en la que le resultan guapos a uno los hombres sin complicaciones ni artificios. Tiene una piel muy blanca sobre la que resalta violentamente la barba incipiente, cejas espesas, labios finos y unos interesantes ojos claros casi grises. 
Si me siento cerca de él en la barra del bar, puedo aspirar el aroma que desprende su cuerpo a gel de baño, champú y por debajo de todo ello a calor y sudor reciente.
Habla en voz alta, buscando que el camarero le entretenga el rato que pasa allí sentado bebiendo su zumo isotónico, y sonríe de vez en cuando a la derecha y a la izquierda buscando complicidad con sus palabras.
Un tipo "sociable".
Al tercer día, mucho más cerca e inundado de sus efluvios a jabón dermoprotector, sonrío mientras él dice algo al camarero. Debe sentirlo por el rabillo del ojo porque se vuelve de inmediato, me devuelve la sonrisa y aventura un "¿o qué dices tú?"
Yo, que en ese momento estaba perdido en elucubrar como tendría el culo de peludo a la vista del vello oscuro de sus muñecas, hago un gesto que no quiere decir nada y doy otro sorbo a mi café. Pero coincide que el camarero se ve repentinamente ocupado y entonces Deportista se enfrasca a hablar conmigo a la vez que da enérgicos tragos a su zumo con entusiasmo.
"es que me he dao una "chaqueta" cojonuda, perdona" refiriéndose a su actividad física, y con esa sencilla frase introductoria se lanza a explicarme porqué dejó el gimnasio anterior, el tiempo que lleva viniendo a este, lo contento que está y lo estupendo que es el monitor que le controla el asunto de las máquinas de pesas. 
Es el momento en que yo, con cara de oveja degollada, le suelto
"me estás dando ganas de pasarme por allí, necesito una puesta a punto"
Deportista, encantado por sentir que ha logrado transmitir a alguien un poco de su pasión me palmea el hombro con entusiasmo y exclama
"joder pues que casualidad que como soy nuevo allí me han regalao dos invitaciones para enseñar a algún conocido las instalaciones y hacer clientes" e insiste que si me animo que le diga algo, tal y cual.
Como es miércoles le digo que me lo pensaré, pero después de coincidir de nuevo el jueves y el viernes a la misma hora y aguantarle el rollo, termino por decirle
"venga mañana sábado quedamos aquí y me enseñas el asunto, pero sin darme paliza, ¿eh?, que estoy desentrenado"
Deportista rie iluminando el local con su dentadura blanca y se marcha encantado.

Al día siguiente llego vestido con unos vaqueros viejos y una camiseta negra para ver el efecto que le produce encontrarme sin el traje de oficina. Podría jurar que el muy cabrón lanza un suspiro de desánimo al verme llegar ( "¿será un fetichista de las corbatas?") pero al momento se sobrepone ( "jo, cualquiera te conoce") y vamos al gimnasio. 
Deportista lleva hoy, aprovechando la bonanza climatológica, otra camiseta pero blanca resplandeciente y un pantalón de chandal gris que se le ciñe un poco más de lo habitual al trasero.
Inexplicablemente, sigue oliendo a jabón.
Después de darme una larga y pesada tournée por la sala de pesas, las aulas para las clases de aerobic llenas de chicas en mallas -a las que sin duda advierte que no dedico ni una mirada-, una piscina climatizada no mucho más grande que la bañera de una casa normal y una bañera burbujeante que me definió como "el spa", le sujeto un instante la muñeca y digo
"tengo que mear. que tal si incluyes el servicio en la visita"
Deportista mira mi mano en su muñeca con sobresalto, luego rie de una manera un poco excesiva y me hace ademán para que le siga.
"la verdad es que yo también me meo un rato", dice, y empiezo a barruntar que Deportista está en el cepo.
Sin muchos prolegómenos voy, me encaro a la pared, me saco la polla ( que en esos momentos ya estaba en ese atractivo estado que lucen las pollas a media erección ) y frunzo el entrecejo concentrándome en echar unas gotas. Deportista se coloca en el urinario contiguo, tira del elástico de su chandal hacia abajo y saca a la vez su polla, sorprendentemente blanca pero en un estado bastante más recio que el mío.
Le miro de reojo y vuelvo a agarrarle de la muñeca para arrastrarle a uno de los habitáculos destinados a urgencias mayores como la que nos sorprende a los dos ahora mismo.
"¿vas a chuparme la polla?" dice no sé si temeroso o esperanzado.
"no", le contesto "vas a chupármela tú a mi y después, si lo haces bien, veremos lo que hacemos"
Su boca compone una perfecta y graciosa "O" porque sin duda en sus fantasías encerrados los dos en un retrete yo iba a estar comiéndole el rabo. 
Balbucea algo como "yo...yo nunca..." y se marcha corriendo.
Deportista parecía bastante acojonado, aún así decido darle una oportunidad a mi buena suerte: me siento en la taza, me relajo en todos los aspectos, saco el movil, echo una partida al Tetris y no he llegado al segundo nivel cuando aparece abriendo la puerta con expresión indescifrable.
Trato de no poner cara de "ya-lo-sabia-yo", me bajo los pantalones hasta los tobillos y coloco mi erección a disposición de los labios de Deportista.

Me la come un buen rato mientras se masturba, y finaliza dejando unas embarazosas manchas en el chandal azul, 

Cuando se pone en pie me contempla como si yo fuese el responsable de los conflictos en Oriente Medio y las hambrunas en Somalia y se va sin decir nada.

Volveré a ver a Deportista, te lo digo yo.

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