jueves, 17 de mayo de 2012

PUNCTUM ET ABSQUE


Al fin termino por recurrir a mi amiga RecienCasada ( la misma en cuya boda protagonizamos un trio MaridoPerfecto, el sacerdote oficiante de la ceremonia y yo ), porque ya ha pasado más de una semana sin tener noticias del comisario y la vida en aquella casa con Abuelita es como vivir en un atolón en medio del océano Pacífico.
Cuando descuelga el teléfono y saludo, siento que se tambalea en la silla, luego oigo sus tacones correteando para creo cerrar la puerta y al volver está cuchicheando pero al borde del grito.
"¡Si serás hijoputa!...¿donde estás metido? Están a punto de ponerte de patitas en la calle porque no hay ni parte de baja actualizado ni se sabe nada de lo que quieres hacer. He conseguido hablar en el departamento de Personal con ese rubio de gafitas que una vez me contaste te la chupó en la fotocopiadora, y hemos conseguido colocarte en situación de excedencia temporal, ¡tres meses!, pero no vas a tener un dia más porque hemos falsificado TODO, incluida tu firma, y si nos pillan se nos cae el pelo a los dos..."luego al ver que yo no digo una palabra dulcifica el tono "vamos, cariño, ya sé que lo que te hizo la puta zumbada esa tiene que ser un trauma, te diré que TODA la oficina ha hablado de lo mismo durante semanas..."
...pensar en ese montón de gente elucubrando sobre el estado de mi polla me hace sentir de nuevo enfermo, pero tengo que demostrar fortaleza
"gracias chata. La verdad es que no sé si voy a volver a currar allí o si me largaré a otro lado donde no me conozca nadie, pero me viene bien conservar esa puerta abierta"
"¿y como estás?...no solo eso que ya-te-imaginas, me refiero a todo...¿estás bien? ¿te están cuidando bien?"
"estupendamente" respondo mientras Abuelita empieza a hacer gestos señalando su reloj como queriendo decir que llevo ya demasiado tiempo hablando. ¿Creerá que van a localizar la llamada?..."Creo que no ha dado nadie conmigo, salvo la policía."
"oh, joder, entonces ellos también...sabes lo del chico ese, ¿verdad?...siempre te he creido una gran capacidad para mandarlo todo a tomar por el culo en un momento dado, pero en esta ocasión la realidad te está superando. ¿También conocías al viejo?"
No quiero preguntar quien es el viejo pero antes de darme tiempo a decir nada me cuenta que alguien, sin duda TiburonViejo, harto conocido en los lugares de ambiente, también ha desaparecido y al ser tanto él como ChicoGuapo pertenecientes por decirlo así al "gremio", se empiezan a barajar todo tipo de hipóteses para explicar los acontecimientos, a cada cual más truculenta.
Me pregunto si será casualidad que ambos hayan sido contactos míos en cierta medida recientes o si es nada más el efecto "ciudad-pequeña" en virtud del cual habrá una alta proporcion de hombres que les conozcan al menos de vista a ambos, y en menor número otro grupo que hayan tenido relaciones sexuales con uno o ambos de un tiempo para acá.
Me pregunto, además, cuanto tardará ComisarioPotente en volver a visitarnos.
Siento deseos de cortar la conversación porque ha mandado a tomar por el culo toda la tranquilidad que llevaba sembrando y cosechando todas estas semanas pasadas, pero tengo que preguntar
"¿Y el marido?...Ya sabes, el que me encontró y me llevó al hospital..."
"¿el machote guaperas?...los primeros días de tu desaparición estuvo viniendo aquí cada dos por tres preguntando si teníamos alguna noticia tuya. Luego poco a poco ha ido dejando de venir, y creo que hace por lo menos un par de semanas que no sabemos nada de él. Según chismorrean las chicas, después de dejar a las hijas con los abuelos ha desaparecido también de la ciudad, pero este se llevó el equipaje. Equipaje, caja de condones y crema lubricante, me supongo, una vez que tu le has abierto los ojos y no me refiero solo a los de ver, jeje."
Además de la inquietud, descubro que me siento desolado porque él haya tirado tan pronto la toalla y se haya largado sin duda a la capital a follar con otros tíos como sugiere mi amiga, olvidando que he estado a punto de perder mi propia polla por estar con él.
Quizás si eso no significa nada para él sea el momento en que yo también deba empezar a aprender a seguir yo solo tirando hacia adelante cortando lazos con el pasado doloroso y reciente.
Cuelgo a mi amiga con un lacónico "ya te llamo" y paso la tarde observando las nubes aborregándose en el cielo, preparadas para la lluvia...

...algo en la forma lenta de caer el agua y ese arcoiris que termina por salir al parecer con la intención de dejarlo todo como si allí no hubiera pasado nada, me hace pensar en todo lo ocurrido, en el estado de cosas en que vivo ahora y lo poco que alcanzo a entender la forma en que transcurren los acontecimientos.
Mi madre acostumbraba a decir que cuando uno simplemente "se ha perdido" en mitad de una explicación o un razonamiento, lo que debe hacerse es volver al principio y empezar desde cero. Por lo cual hago un momento de reflexión pensando en qué punto me he perdido yo y mi cerebro sin lugar a dudas me coloca en el instante en que SecreGordi agarra mi polla con un cúter en la mano y grita ante los sorprendidos ojos de MaridoPerfecto: "¿ ME PUEDES DAR UNA BUENA RAZÓN PARA QUE NO LE CORTE SU COSA A ESTE TÍO...?"
Es a partir de ella desde donde debo comenzar a buscar, a entender, y quizás luego lo de ChicoGuapo y TiburonViejo venga por añadidura...quien sabe, igual el Tiburón le ha convencido para autosecuestrarse en un hotelito playero para pasarse el día tomando el sol y la noche comiéndole el rabo a un jovenzuelo, aunque sea un rabo de pacotilla como el de ChicoGuapo.
Es evidente que tengo que preservar mi escondite y mi anonimato, por lo cual gracias a esto se me ocurre la divertida idea de, aprovechando que Abuelita está en su habitual partida de cartas en el centro cívico del barrio de todas las tardes, asaltar la habitación de una de mis tías para organizarme un buen disfraz.
TíaGrande hace mucho que abandonó la casa materna para irse a vivir a Filipinas con un marinero justamente filipino que conoció en unas vacaciones en la costa. Es "TiaGrande" porque de todas mis tías siempre me pareció la más enorme, y no por cuestión de sobrepeso sino por su elevada estatura y aquellas manos y aquellos pies pensados más para trabajar en la construcción que no en la charcutería-delicatessen donde se ganaba la vida vendiendo tostaditas de pasas y foies de pato. 
TiaGrande huyó con el filipino dejando todos sus enseres en casa de su madre, esto es Abuelita, y en su ropero encuentro un impresionante surtido para mi camuflaje incluida una peluca rubia plateada un poco a lo Gwen Stefani que supongo se pondría en algún baile de disfraces o una Nochevieja. Mi constitución resulta ser un poco más corpulenta que la de TiaGrande de manera que sus faldas me quedan demasiado pegadas al trasero, aún así olvido mis reparos y elijo un traje de falda y chaqueta color salmón que creo me van estupendamente.
En un primer momento descarto pintura y maquillaje pensando que el flequillo de mi nueva melena y unas enormes gafas de sol bastarán para pasar desapercibido, luego pensándolo bien me afeito con cuchilla y aplico una base de color que me deja un sorprendente tono tostado de cutis. La fulana que hay en mi considera pertinente además un toque de lapiz de labios rosa plateado y un juego de uñas postizas que resulta bastante perturbador en mis manazas masculinas. Por desgracia es imposible encontrar un par de zapatos que no me haga pasar las penas del infierno apenas meto el pie dentro, así que termino decántandome por unas zapatillas deportivas blancas de mi propiedad que asocio a "ejecutiva-de-wall--street-cogiendo-el-metro", esto es, chocantes pero no del todo incongruentes.
Tras una rápida ojeada al reloj veo que mi yo-cenicienta tiene poco más de dos horas para salir, llegar a la clínica mental en donde está encerrada SecreGordi y volver antes de que la abuela vuelva y me encuentre travestido con la ropa de su hija.
Hay que correr.
El taxista que me lleva hasta allí -mi prueba de fuego por decirlo así porque es el primer humano que me ve con mi nuevo aspecto- no dice ni pío ni mueve una oreja durante el trayecto, quizás porque está muy bien entrenado para estos casos o quizás porque doy un poco el pego. Como no se me ocurre fingir voz de vicetiple al decir la dirección, opto por un susurro afónico pretextando ronquera a lo que él solo responde ofreciéndome un caramelo de menta.
Todo va, aparentemente bien. Solo queda saber qué voy a decir cuando llegue ante SecreGordi en el caso de que me dejen llegar a verla.
Hago estragos por el sendero de entrada a la clínica con mi metro ochenta y mi traje rosa entre los viejecitos que supongo como terapia se encargan de podar los setos y atender el césped. Trato de sonreir tras mis enormes gafas oscuras cuando uno grita "chochoooo" y me presento en la recepción aterrado por el convencimiento de que en cualquier momento alguien va a levantarme la peluca poniendome al descubierto.
"hola " susurro "y disculpe las molestias pero tengo una afonía que no puedo articular palabra"
La recepcionista, una mujer gruesa y con bigotillo que me recuerda a mi enfermera del hospital pero en versión pelirrojo arruga la comisura de los labios en una mezcla de algo que es en parte repugnancia y en parte duda.
"...verá, una amiga de la familia está aquí ingresada, ha tenido un...digamos problema recientemente por una agresión a un individuo, y me preguntaba si es posible visitarla o tiene algún tipo de...no sé...regimen especial"
Cuando Recepcionista se da cuenta de que estoy hablando de SecreGordi emite un bufido
"Mire...señora...este tipo de pacientes con conflictos legales añadidos siguen como usted dice un regimen especial y no pueden recibir visitas. Todo lo más puedo ponerla en contacto con el doctor que lleva su caso, y él puede informarla sobre su estado."
Sé que no me interesa un informe sobre el estado de SecreGordi, solo sé que tengo que hablar con ella sin intermediarios y por eso ya me estoy dando la vuelta sin decir adios porque no me está resultando un diálogo demasiado cálido cuando Recepcionista exclama:
"De hecho, ahí está el doctor,espere un momento"
y se pone a dar grititos y a hacer visajes hasta que se vuelve hacia nosotros ( o nosotras ) un tipo con el pijama azul que uno asocia a los profesionales de la salud, uno de esos sin mangas y con un escote triangular bajo el cuello que dejan ver unos brazos y un pecho cubiertos de un sugerente vello oscuro. Lleva un duro corte de pelo casi militar pero a cambio luce unos apasionantes ojos negros y cálidos, y una deslumbrante sonrisa blanca dentro de una  boca perfecta. Siento deseos de pasar una de mis uñas postizas por su barbita de dos días y escuchar el "rrrrrr" que hace al resbalar sobre sus mejillas.
Además es o lo suficientemente educado como para hacer que no se da cuenta de que soy un tío disfrazado, o lo suficientemente tonto como para no enterarse de cuando tiene un travesti delante de las narices.
"hola"dice agarrando mi mano y sacudiéndola con energía "¿en qué puedo ayudarla?"
"Viene a ver a la paciente de la 7B" responde por mi Recepcionista en plan de querer ganarse unos puntos con el bollo del doctor "Ya sabe...la 7B"
DoctorCachas tarda un momento en darse cuenta de quien estamos hablando, luego vuelve a mirarme de arriba a abajo con más detenimiento y dice en voz baja
"Oh...bueno, ella está bastante mal...el único que ha pasado a visitarla ha sido su marido y de hecho hace días que no viene. No sé si está usted al tanto del caso, me supongo que..."
"tengo información de primera mano" susurro "y disculpe mi afonía, estos virus, ya sabe..."
DoctorCachas se lo piensa un momento y luego decide
"no sé, creo que recibir visitas no la va a hacer mal si no todo lo contrario. Ella tiene un poco de...pérdida de contacto con la realidad, para que me entienda"
"pobrecilla" jadeo en mi nuevo registro de LindoPulgoso "¿entonces sí me dejará verla y darla un abrazo?...sería maravilloso"
DoctorCachas me dedica una sonrisa que hace hormiguear al animal herido que tengo entre mis piernas para a continuación tomarme gentilmente por el codo y llevarme a lo largo de un pasillo blanco lleno de puertas cerradas.
"la filosofía del centro es la de permitir el libre movimiento de los pacientes" me explica preocupado por lo que yo pueda pensar a la vista de aquello "pero los que son potencialmente violentos o están pendientes de algún tipo de resolución judicial, permanecen recluidos. Si muestran algún tipo de ansiedad por el encierro se les facilita una salida a los jardines en compañía de un par de celadores, pero por lo general no es necesario porque para estos pacientes este es un centro de paso nada más y luego el Estado les adjudica el lugar donde deben ser tratados.
Voy a asentir un poco sin hacerle demasiado caso porque lo que en realidad estoy pensando es en qué voy a decir a SecreGordi y en el escándalo que se va a montar si ella se da cuenta de quien soy en realidad. Él sonríe yo creo que pensándose para sí porqué le presto tan poca atención a la coyuntura del paciente, hasta que nos detenemos frente a una puerta, hace un gesto a un celador que está sentado en un extremo del pasillo para que se acerque y me dice
"Primero entraré yo, le anunciaré su visita, y según reaccione decidimos, ¿de acuerdo?"
Se mordisquea un poco el labio inferior tras decir esto y a pesar de la tensión nerviosa del momento, gracias a ese gesto percibo como litros de sangre concurren ahí abajo colocando mi falda en una situación casi embarazosa con ese elemento cogiendo cuerpo bajo ella.
DoctorCachas abre la habitación y se desliza tan rápido en su interior que me es imposible ver nada, de todos modos respiro hondo y palpo el vértice entre mis piernas con cierta insistencia para asegurarme de que aquello vuelve a su ser. El celador me mira de reojo pero sigue la política del establecimiento de no meterse en la vida ajena y no abre la boca para decir lo que sin duda le está pasando por la cabeza.
Pasados unos instantes aparece de nuevo el doctor con una preciosa sonrisa ilusionada.
"Está encantada de ver a alguien que no seamos el personal de aquí...de todos modos no se preocupe, estará vigilada en todo momento y no habrá tiempo para que ocurra nada malo"
"¿Malo?" digo quebrando la voz en un gallo "¿puede ser peligrosa?"
"Tranquila. Mi convicción es que su ira está dirigida y focalizada en el individuo al que agredió, el resto no tenemos porqué tener miedo porque fuera de ese episodio ella se muestra como lo que es, una mujer sencilla que ante todo es madre y esposa. Evite las menciones al suceso que la trajo aquí, hágala sentir que ahí fuera la gente está preocupada por su bienestar y solo con eso ayudara en inmensa medida a su recuperación."
Solo por decírmelo él, con sus ojitos de color chocolate negro fijos en mi mientras juega distraidamente con una cruz plateada que pende sobre su pecho velludo, estoy a punto de hacerle caso hasta que recuerdo que no, que he venido a hacer justo lo contrario: a recordarle a esa zorra lo que me hizo, a hacerle preguntas, pedirle respuestas y sobre todo hacerle saber que todo ha sido para nada porque mi polla sigue ahí conmigo, funcionando como puede pero funcionando. Hacerla saber que de tener que cortarle a alguien algo, debería haber sido a su marido que era quien se casó con ella pretendiendo ser una cosa y demostrando después que en realidad es otra. Gritarle que estaba equivocada y que espero que se pase el resto de su jodida vida con una camisa de fuerza para que no olvide nunca que uno no puede andar por ahí con un cúter cortándole los huevos a la gente cuando hace cosas que a uno no le convienen.

Quiero decirle todo eso a Doctor Cachas pero en su lugar sonrío timidamente como una novicia, asiento y espero a que él me abra la puerta para pasar al interior.

"Holaaaa. Soy yo."

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El depredador agradecerá su valoración...