domingo, 24 de junio de 2012

FUGA HOMINIS


A una veintena de kilómetros, el tren se detiene en un minúsculo apeadero rodeado de praderas verdes y que consiste en una simple caseta blanca de ventanas cerradas y una tejabana de color rojo bajo la que los hipotéticos viajeros que aguarden pueden guarecerse de las inclemencias meteorológicas. Un algo en medio de la nada, pero ComisarioPotente levanta la vista, lo mira, me mira a mi y ordena
"vamos, coja su equipaje"
"pero qué está diciendo, ¿se ha vuelto loco?"
Él se pone en pie, me tira la maleta encima y luego asoma la cabeza fuera de nuestro compartimento para mirar a un lado y a otro, después vuelve a mirarme sudando mucho más de lo que la temperatura ambiental requiere
"el otro policía que me acompaña lleva cuatrocientros kilómetros bebiendo cerveza y ligando con la camarera del vagón restaurante" susurra "pero en cuanto pase el tren que viene en dirección contraria arrancaremos, el vendrá, llegaremos a la ciudad y tal como se le plantea el asunto creo que en menos de cuarenta y ocho horas estará usted haciendo realidad su sueño del negro enorme" Resopla exasperado, tira de mi y me empuja fuera del habitáculo siseando "lo único que le da su razón de ser a trabajos como el mío al servicio de la ley es el convencimiento de estar haciendo lo que es justo, y yo estoy sintiendo que usted no va a tener una oportunidad ahí fuera con todas estas pruebas en su contra y el estado en que están las cosas...aún así,quiero que me diga con el corazón en la mano:" coge una de mis manos entre las suyas, la aprieta con firmeza y con su mirada clavada en la mía pregunta "¿es usted inocente como yo creo que es?"
Así, tan cerca de mi, con mi mano entre las suyas y mirándome tan de cerca, creo que le diría "sí" a cualquier cosa que me dijese, lo cual me llena de rubor y no hago más que asentir como una jovencita.
Él tira de mi y cuchichea
"pues entonces cagando leches"

...cuando nuestro tren arranca unos minutos después nosotros ya hemos abandonado el pequeño andén y andamos a toda velocidad por el camino polvoriento que se supone lleva a la población a la que pertenece esa estación.
No me he entretenido en sondear a Comisario para preguntarle acerca de su forma de actuar porque qué sentido tiene buscarle razones a una situación que en el fondo me beneficia, pero en mi interior me preocupa las consecuencias que ese impulso loco pueda tener sobre su futuro profesional.
Entretanto, caminamos en silencio rodeados de prados verdes que no parecen tener ningún final con un cielo  azul que se va poniendo violáceo con la llegada del anochecer.
Por fin dice aún en voz baja como si alguien pudiese oirnos ahí en mitad de ningún sitio:
"no quiero hablar mal de mi compañero, pero cuando vuelva a buscarme y no me encuentre, pensará primero que se ha equivocado de compartimento, luego se paseará por todo el tren preguntando por mi y solo cuando llegue a la ciudad va a empezar a plantearse en qué punto del trayecto nos ha perdido.Aunque es un buen tipo, la mayor parte del tiempo su atención está un poco...dispersa, ¿entiende?"
Asiento recordando el comentario a propósito de las cervezas y la camarera sin entrar en juicios de valor.
Comisario agradece con una leve sonrisa mi discreción y concluye:
"...eso nos da tiempo de sobra para coger distancia, ¿vale?...ahora solo tenemos que buscar un medio de desplazamiento."
Le contemplo con desolación y en respuesta una bandada de grajos levanta el vuelo de entre la hierba graznando como riéndose de la ingenuidad de mi acompañante.
"Desplazamiento hacia donde" murmuro sin querer parecer un aguafiestas.
"¿Pues donde va a ser?...pues hacia el marido de la tía que le mutiló. Usted sabía hacia donde pensaba huir porque de hecho iba a encontrarse con él, ¿no es así?"
"Con billetes de avión falsificados. Puede haberme hecho creer que iba a un lado y en realidad pretender ir al otro para que no lo contase cuando usted me pillase, ¿no le parece factible?"
ComisarioPotente aprieta el paso y bufa haciendo callar a los grillos.
"¡Joder, tengo una idea!...tengo una idea, ¿vale?...más de una en realidad, pero necesitaré que no esté usted metido en la cárcel para llevarla a cabo. Ahora, si no me equivoco, encontraremos el próximo núcleo urbano después de esa loma y allí trataremos de negociar con los lugareños para hacernos con un medio de transporte...Qué, ¿qué me dice?"
Está tan ilusionado que me inspira ternura y me limito a sacar los pulgares y sacudirles vigorosamente hacia arriba para hacerle ver que estoy metido en el asunto al cien por cien, cosa que le satisface y le hace apretar el paso.
"Verá como justo cuando coronemos esa colina..."
...en efecto cuando coronamos la colina encontramos, sumido en una hondonada, "el núcleo urbano" del que me hablaba hace un momento: consiste en un pequeño grupo de casas, la mitad en estado de derrumbe y la otra mitad habitable calculo que se encuentra en su mayor parte deshabitada. Sólo en una de ellas se ve luz en unas cuantas ventanas, así que las opciones se encuentran restringidas justo a eso, a una.
"En las películas la única casa habitada del pueblo siempre está ocupada por el asesino de la motosierra", arguyo con voz estrangulada.
"Ha visto usted demasiados telefilmes americanos" sentencia sin aflojar el paso "además es eso o nada, y entre ambas opciones tendremos que quedarnos con "eso", ¿no le parece?"

Cuando ComisarioPotente golpea la puerta el gallinero contiguo se llena de cocoricos de protesta y una vocecilla fina pregunta
"¿siiiii?"
ComisarioPotente saca su placa y la enarbola en todas las direcciones del espacio como si estuviésemos rodeados de cámaras ocultas diciendo en el plan de héroe machote que tanto me provoca
"¡Policia!...estamos en medio de una investigación policial y nos gustaría pedirle su colaboración..."
La puerta se abre de sopetón y al otro lado de una gran escopeta que se apoya en la entrañable entrepierna de Comisario, se halla una ancianita de pelo blanco y bata guateada.
"No se crea que soy tan torpe, me siento capacitada para volarle los huevos y luego dejar cojo a su compañero para tener tiempo suficiente de llegar a un teléfono y pedir ayuda. DOCUMENTACIÓN."
Los cañones del arma apoyados contra tan delicada parte consiguen una cierta flexibilidad de Comisario, que tiende su carnet profesional y permite que Ancianita compare fotografía y cara real.
Ancianita arruga la nariz como si solo estuviese conforme a medias
"Está usted mas flaco.¿Le hacen trabajar demasiado?"
Comisario separa los brazos con las palmas hacia arriba en plan "ya-sabe-usted-lo-que-es-esto", luego la abuelita me apunta a mi
"¿Y ese?...¿donde están sus papeles?...¿no es policía también?"
"Es "dice Comisario tras tragar saliva sonoramente " un colaborador civil...de verdad señora sentimos muchísimo alterar la paz del lugar en el que vive pero necesitamos ayuda, de otra forma jamás se nos hubiera ocurrido perturbar su..."
"Entiendalo, señor Comisario, una mujer sola en medio de esto es una presa fácil para cualquier desaprensivo" ataja Ancianita en tono cabal de presentadora de noticias "y como sin duda comprende, tengo que preguntarme qué narices hacen aquí y de donde se han caído." luego me mira a mi de reojo y añade "....este tiene una mirada furtiva que no me gusta un pelo. ¿Seguro que no le lleva secuestrado?"
"En plena operación policial hemos tenido que bajarnos del tren y hemos venido caminando desde el apeadero " dice ComisarioPotente componiendo una perfecta cara de tipo honrado "No puedo darle más información pero el caso es que necesitaríamos un vehículo y nos preguntábamos si usted o alguien del pueblo podría facilitarnos algún medio de..."
"Soy una anciana sola e indefensa, ¿cree que me paseo en Land-Rover por las mañanas cazando perdices?"gruñe Ancianita algo mosca, y ComisarioPotente visto lo visto potencia su lado de ángel protector.
"Si usted fuese mi abuelita, y no tengo esa fortuna porque la mía falleció hace un tiempo" ( el muy truhán consigue con eso que Ancianita se ponga una mano en el pecho y se muerda el labio inferior con los ojos brillantes ) "la recomendaría que hiciese justo lo que hace usted para salvaguardar su integridad y su propiedad. Nunca alteraría la calma de una dama en su castillo de esta brusca manera pero, en realidad, no tenemos otra alternativa, puede creerme."
Lo de la dama-en-el-castillo a mi me suena a jilipollez absoluta pero Ancianita le contempla como si fuese a revolverle afectuosamente el flequillo en cualquier momento pero en vez de decir "tenga las llaves de mi coche" le suelta
"¿Sabe que se da usted un airecillo al Rober Refor?...incluso más interesante con esa media barba, jijiji"
ComisarioPotente no precisa fingir un rubor, se contempla la punta de los zapatos y ¡por fin! deja de ligar
"¿entonces sabe donde podríamos conseguir un vehículo?..."
"bueno, yo tengo un viejo 600 detrás, en el patio de las gallinas, que mi nieto estuvo poniendo al día hace dos meses cuando estuvo aquí con sus amigotes y necesitaba algo para moverse por aquí...oh Comisario, tenía que verle, a él, a sus amigos y a esas chicas con los párpados pintados de verde enseñando la ropa interior y fumando cosas que luego me hacían tener alucinaciones durante horas, ¿puede imaginarlo?"
"es terrible la pérdida de valores de una parte de la juventud, ¿verdad?" contesta en tono grave ComisarioPotente como si tuviésemos todo el tiempo del mundo y pudiésemos discutir la clase de compañías que frecuenta el tipo impresentable que debe ser su nieto "no tengo hijos todavía, pero si los tengo me gustaría conocer una fórmula mágica para conseguir que creciesen al margen de cierto tipo de cosas"
Comisario habla como el presentador de un reality-show y me estoy temiendo escuchar de un momento a otro el "chof" que va a sonar cuando las bragas empapadas de Ancianita caigan contra el suelo.
"oooh, no se crea, él es un chico estupendo y me llama casi todos los meses para saber como me encuentro, pero no sé si esas compañias son las más adecuadas, sabe..." ha dejado la escopeta a un lado mientras piensa en sus cosas, luego vuelve a la realidad y continua "...total que mi nieto se entretuvo esas minivacaciones en poner en marcha el viejo cacharro, y cuando mi único vecino me lo ha pedido para llevar huevos al pueblo, ha dicho que va bastante bien. Oh, Dios, Comisario, espero que no se encuentren ningún huevo entre los asientos porque esas malditas terminan por meterse por todos los sitios..."
"que pasa, sus gallinas saben como abrir la puerta de un 600?" mascullo yo ahora logrando que tanto Ancianita como Comisario me miren recriminatoriamente.
"le tengo con las puertas abiertas hace tres días porque el mismo vecino me lo pidió para cargar unos sacos de estiércol de vaca que alguien le compró para su huerto" respondió ella haciendo como si yo no existiese "y en fin, hasta que localizó al tipo tuvo los malditos sacos en mi coche todo un día con el sol sobre la chapa.  Cuando lo trajo de vuelta, ahí no podían entrar ni mis gallinas...pero después de estos días ventilando, ¡quien sabe!, ya sabe como son esas pequeñuelas, siempre intrigando"
"De acuerdo" dice ComisarioPotente al parecer impávido ante la perspectiva de pasar un montón de horas conduciendo a 60 kilómetros por hora oliendo a estiércol de vaca y a caca de gallina "entonces tengo que pedirle que nos ceda el vehículo para nuestro trabajo, con mi palabra de que apenas terminemos con él le será devuelto tal y como lo encontramos...¿qué me dice?"
Ancianita se rasca un mentón un poco peludo y termina por decir
"Bueno, esto ya lo he visto yo en las películas de "Colombo" y "las calles de San Francisco", la policía coge los coches de la gente, sale corriendo y luego nadie explica como hace esa gente que dejan a pie para recuperar sus vehiculos. Sabe de lo que le hablo, ¿no?"
Pienso si ahora ComisarioPotente no lanzará un gancho a la barbilla de Ancianita, la dejará noqueada en el suelo y aprovecharemos para salir zumbando de ahí pero en su lugar le tiende una tarjeta que permite coteje ella con su identificación y anuncia solemne
"tiene mi palabra de que yo mismo traeré su coche de vuelta. Y yo siempre cumplo mis promesas."
A mi mismo me resulta imposible no creer en sus promesas así como está con el atardecer encarnado tiñendo de rosa sus mejillas y el viento revuelto por la brisa de la tarde. A Ancianita se ve que tampoco, porque rie guardando la tarjeta en un bolsillo de la bata y nos hace un gesto para que la sigamos a través de un sendero que rodea la casa lleno de piedras y barro apenas seco.
"Supongo que no se quedarán a cenar, si están en plena misión, pero les prepararé unos  bocadillos mientras sacan el coche de aquí, y cuando me lo devuelva, le prepararé algo como Dios manda"
ComisarioPotente sonríe como un actor de Hollywood y tanto Ancianita como yo suspiramos, cosa que la hace mirarme, luego mirarle a él y susurrarle lo bastante alto como para que pueda oírla yo:
"Pero cuidado con ese tío... le mira a usted como si quisiera...ya me entiende"
"¿Como si quisiera qué" pregunta mi Comisario adorablemente confuso.
"...pues como si le gustara usted, hombre...hay miradas que no se escapan a los ojos de una mujer, por vieja que una sea"
Comisario hace como que no oye nada y se ríe estrechando suavemente por los hombros a Ancianita
"vamos, no sea modesta, es usted una mujer de hierro, una superviviente. No sabe como envidio a la gente a la que el tiempo hace tan fuerte como a usted."...

Antes de que contratemos a Comisario para un manual de frases hechas sobre como levantar el ánimo a la tercera edad, ya estamos dentro del 600 lleno de plumas de gallina y tal como ella predijo, con media docena de huevos entre un asiento y otro. Todavía flota un fuerte aroma a caca de vaca cuando arrancamos y nuestra benefactora nos despide con lágrimas en los ojos.
"¡Buena suerte¡" dice Ancianita despidiéndonos desde la puerta de su casa con el cielo envuelto en llamas del crepúsculo a modo de una Escarlata O'Hara muy entrada en años.
"Nos vemos pronto" dice Comisario con la media sonrisa de Clark Gable pero sin bigotito, y arrancamos rumbo a nuestra aventura personal...

...un par de horas más tarde, ya de noche, estamos estacionados en un área de descanso de la autovía, Comisario con la cabeza metida en el motor sujetando una linterna y echando una botella de agua en no-sé-qué sitio mientras yo inspecciono los contornos. Hay varios coches aparcados en la penumbra, y el movimiento de hombres en la oscuridad me hace intuir que estamos en uno de estos sitios de carretera dedicados al cruising. Unos metros más allá un tío sentado sobre el capó de su vehículo se masajea la polla y hace visajes mirando el culo en pompa de Comisario que sigue enfrascado en la mecánica del 600 ajeno al espectáculo gratuito que está proporcionando al personal.
Me veo en la obligación de acercarme, reclinarme un poco sobre él y decir:
"Ahí detrás hay un tío que se la está cascando por encima del pantalón mirándole a usted el culo."
Comisario   pega un brinco y se da la vuelta mirando a todas partes y mirándome a mi. Me enfoca con la linterna la cara y susurra con cara de cabreado
"Pero qué le pasa a usted, ¿está enfermo? ¿No puede dejar de pensar en lo mismo?" luego se da la vuelta, saca la placa sosteniéndola en alto y grita "¡Soy policía! ¡Cualquier conducta ofensiva e inmoral puede ser fruto de responsabilidades penales, quedan advertidos!"
Esto causa un efecto similar a meter un zorro en un corral, es decir, no queda una gallina en un momento.
Luego se vuelve hacia mi, con el rostro algo sudoroso brillante a la luz de la luna y una expresión indescifrable que oscila entre el alivio y la inquietud antes de decir:
"Bien, ahora qué me tiene que decir"
Se pasa la punta de la lengua por el borde del labio superior y yo confundo las señales porque le agarro por la nuca y estrello mi boca contra la suya durante unos segundos.

Después me separo de él aguardando su reacción, y cuando esta llega consiste en proyectar su puño hacia mi barbilla y conseguir que en torno a mi se apaguen una vez más todas las luces...

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