jueves, 7 de junio de 2012

REDIT



Retornos.

Después de la vorágine de sexo germano sadomaso, prostitución ilegal y acoso en el trabajo que he vivido en mi escapada a la costa, el agujero de provincias del que siempre deseé salir se me presenta diferente y nuevo.

Por lo menos limpio, ordenado y en cierta medida predecible.

Lo que desde luego no es predecible es encontrarme a MaridoPerfecto sentado en las escaleras ante la puerta de mi apartamento con una pequeña bolsa de deporte que supongo es su equipaje inmediato y cara de cachorro abandonado.

"¿Q-que haces aquí? gruño a pesar de encontrarle todavía más guapo que la última vez que le vi.

"Tu amiga la de la boda, cuando la llamaste para decirla que volvías y ese rollo...yo la había pedido que me avisase cuando supiese algo de ti, y ella se ha portado bien" me dice sin levantarse del escalón con una bella barba de tres días y el cabello revuelto. Va con unos vaqueros viejos y una camiseta pero con ese esqueleto suyo está tan formidable que solo puedo quedarme un poco babeante al verlo ahí, esperándome. Sin duda percibe como he empezado a salivar porque sus ojos azules cobran brillo y se pone en pie, presionándome un poco contra la puerta de mi casa.

"Joder...¿como me has dejado así todo este tiempo?....se me ha ido la vida entera a tomar por el culo después de lo nuestro...no pensé que ibas a desaparecer así por las buenas" dice presionando su pelvis contra la mía. Y vale, sé que fue él quien llevo mi polla en un tupperware para que me la volviesen a implantar, que no tiene la culpa de lo jodida de la cabeza que está su esposa y que si hay que valorar, somos responsables al 50% de todo lo que ha pasado. Pero desde luego aparte de sentir un poderoso estímulo sexual al verle, la presencia de su persona me recuerda una interminable cadena de errores que lo que quiero es olvidar. Así que le aparto un poco de mi y digo

"te recuerdo que fuiste tu conmigo y  mi polla en un cacharrito de plástico al hospital. ya sabes lo que he pasado, y no te echo la culpa, ¿vale?, pero cuando estoy contigo me parece como que revivo toda esa pesadilla" le veo que él se queda un poco como sin saber qué decir y tengo que añadir "venga, echamos unos cuantos buenos polvos, pero no es como que estemos enamorados, ¿no?"

Creo que la cago cada vez que abro la boca porque MaridoPerfecto se vuelve de espaldas y apoya la frente contra los nudillos abatido. A la vez orienta en mi posición ese culo de exposición fotográfica ligeramente apretado dentro de los vaqueros viejos, y empiezo a olvidar lo que estoy diciendo. A través de un círculo de tela más desgastado de su trasero adivino la tela blanca de su calzoncillo e inmediatamente debajo la piel más oscura de su muslo.

Lo sé, todo es muy traumático y tal, pero siento que mi amiga de ahí abajo se me ha puesto dura como hacía meses, así que presiono mi entrepierna contra sus nalgas, rodeo su cintura con una de mis manos y le susurro al oido

"vamos dentro y hablamos, ¿eh?"

Él coloca su mano sobre la mía y la desliza hasta su entrepierna donde compruebo que él también está super empalmado

"bueno" dice sonriendo " como dicen en las novelas, primero follamos y luego discutimos la relación, ¿vale?"

...me revienta estar tan colgado de MaridoPerfecto pero lo cierto es que se me doblan las rodillas cuando entramos a empellones en mi piso mientras me mete la lengua en la boca llenándome de su sabor suavemente salado, impactamos contra la librería del pasillo haciendo caer media docena de libros y continuamos sobándonos, desnudándonos y empujándonos hacia el dormitorio en un estado que solo puedo definir como de embriaguez sexual absoluta.

Cuando está sentado en la cama en pelotas ante mi, con su pecho cubierto de un vello oscuro que se vuelve más denso según baja hacia su polla, los muslos separados y los ojos azules que casi son violáceos bajo la niebla del deseo, llaman a la puerta.

"No me jodas, no contestes" dice MaridoPerfecto agarrándose el rabo y ofreciéndomelo con un movimiento de cadera.

"No pienso contestar" digo arrodillándome entre sus piernas y él se apoya en los codos y rie bajito haciendo oscilar aquello ante mis ojos.

Vuelven a llamar la puerta con más insistencia y escucho una voz
"Soy yo, el comisario...sé que está en casa, vamos, tengo gente siguiéndolo" dice ComisarioPotente y miro a MaridoPerfecto que menea la cabeza negativamente a toda velocidad.

"¡No!...no puede verme aquí"

"Pero venga..." digo mientras repto sobre él acariciando esos pesados y oscuros huevos de infarto "él ya sabe que tu y yo teníamos algo que ver...si no le abro va a ser peor, ¿no lo entiendes?"
"No. Tú eres el que no lo entiendes."

Le veo que mira al techo, mira a un lado, luego al otro, sacude la cabeza y susurra
".....es que todos esos tipos eran una manada de cerdos, ¿o no?"

Me quedo como liebre olisqueando el aire, alerta del todo.

En la vida cuando las grandes revelaciones se pronuncian, casi nunca se escuchan campanas de fondo ni música celestial. Es más, a menudo hay que tener los oídos abiertos porque si no, no te enteras de que se han pronunciado.

ComisarioPotente vuelve a llamar, golpeando la puerta ahora con energía.
"¿Se encuentra bien?" grita.

Yo pego un brinco y trato de correr hacia la puerta pero MaridoPerfecto es más rápido que yo, me hace un perfecto placaje y caemos los dos al suelo abrazados, con su mano impidiéndome abrir la boca, en parte asustado y en parte un poco cachondo, ¿qué le voy a hacer?

Ahí fuera oigo a ComisarioPotente discutir en voz baja con un subalterno
"¿pero seguro que le has visto entrar al portal?"
"si señor, era él"
"¿y si salió por alguna salida de emergencia? ¿has pensado en eso?"
"joder, señor, si viene a su casa porqué iba a salir por la puerta de emergencia"
"para perderte la pista a ti, so canelo, ¿qué te parece eso?"

Ellos ya se alejan escaleras abajo y MaridoPerfecto continua echado sobre mi, con su polla erecta apretada contra la mía y la mano cerrándome la boca, los ojos azules clavados en los míos y la respiración acelerada.

"No voy a hacerte daño" dice en voz baja y me quita la mano de la cara.

Respiro hondo para controlar el aliento y digo por fin
"Lo hiciste tu"

Parece un poco enfadado, mira a un lado y al otro hasta que por fin apoya la cabeza en mi pecho y responde en voz baja
"Toda esa gente eran de lo peor...te trataron como a una mierda, y no sé, cuando todo se fue a tomar por el culo en mi matrimonio después de que la loca de mi mujer te hiciera aquello, pensé que tenía que resarcirte de alguna manera, ¿sabes?"

Reí como una gallina asustada mientras le acariciaba el cabello para tranquilizarle, porque una castración es lo máximo que un hombre adulto puede tolerar en una sola vida, o eso es lo que mi experiencia me da suponer, y no deseaba exponerme al riesgo de padecerla por segunda vez.
"...pero toda esa movida de las latas de comida para gato...¿no es un poco fuerte?" digo por no quedarme callado.
"¡No! Se trata de que piensen que es un desequilibrado mental, ¿entiendes?" ahora apoyado sobre las dos manos desliza su polla erecta contra mi entrepierna y yo,de modo casi inconsciente, me agarro las rodillas y separo los glúteos para dejarle mayor campo de aterrizaje.
"...es una puta locura...si te pillan te van a meter al talego de por vida...y me vas a dejar a mi fuera. ¿como vamos a solucionar eso?..."

Él sonríe un poco, luego se ensaliva la polla sin movernos y noto como empieza a apretar contra la entrada de mi culo.
"No nos van a pillar" dice y aumenta su presión un poco más logrando introducirse solo unos milímetros.

Suelto un breve gemido, él me besa y ahora sujetandome las rodillas contra los hombros, deja caer todo su peso sobre mi, entrando de un solo golpe.
Me duele de cojones, pero a la vez no quiero que se despegue ni un ápice de mi cuerpo. Le abrazo el culo con mis piernas y le aprieto contra mi, jadeando en su oreja

"Y qué se supone que vamos a hacer....¿vamos a irnos a una isla?"

Sus caderas cogen ritmo, me agarro fuerte a él y la realidad inmediata deja de tener importancia.

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